Un retrato de la vida interior del mundo
Lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar.
Rainer Maria Rilke
Uno no es pintor hasta que no ha pintado el gris.
Paul Cézanne
Decía el violinista Stephen Nachmanovitch que una obra de arte o un sueño son sucesos que juguetean en la frontera liminar entre la realidad consciente y la realidad inconsciente, o que quizás sean el propio canal de intercambio entre lo poco que sabemos y lo mucho que somos.
El Museo MEAM quiere prestarse a ser un hogar para todos esos sueños y obras de arte que nos permitan saber un poco más sobre quiénes somos. En otoño de 2024, el museo se enorgullece de abrir las puertas de REALISM NOW, una exposición internacional que tiene como objetivo tomar el pulso de la creación figurativa contemporánea mediante una atenta selección de pinturas, esculturas y dibujos de primera calidad.
Se trata de una muestra que pone de manifiesto el alto nivel y la buena salud del realismo a nivel global. Como uno de los núcleos de difusión de dicho vigor creativo, el MEAM aborda con entusiasmo y orgullo el futuro inmediato de la figuración. Estamos ante la primera muestra de la nueva etapa del museo, en la que se hará una apuesta incondicional por la calidad y la coherencia de las exposiciones, y en la que se pondrá siempre a los artistas en el centro de la ecuación, convirtiendo nuestra sede en el centro de Barcelona en la casa de todos los artistas figurativos. El MEAM es una institución viva y preocuapda por atender todas las voces del mundo de la figuración y combinará la riqueza de su gran fondo de arte con la recepción de obras nuevas. El museo debe estar siempre atento a la actualización de la mirada, al termómetro cultural, a ideosincracias de nuevo orden; fenómenos que podemos rastrear sobre el lienzo, el papel y la arcilla. De igual modo, se trabajará para que todas las vertientes de la figuración, desde el hiper-realismo al expresionismo pasando por el surrealismo o la pura fantasia tengan un lugar en nuestras paredes y calendarios.
REALISM NOW pone en relieve que hay muchos ángulos desde los cuales trabajar la mímesis o la transcripción artística de la naturaleza. El realismo es un movimiento plural, un territorio con tantos caminos como artistas hay que lo transitan. Pero todas sus expresiones, todas sus variaciones estéticas o conceptuales remiten a un solo objetivo, que es traducir la experiencia humana en términos plásticos. Decía Tolstoi que un hombre cualquiera es capaz de experimentar todos los sentimientos humanos, aunque no sea capaz de expresarlos. Así, entendemos que la misión de los creadores es llevar ante los ojos de todo el mundo una representación de la experiencia de vivir y traducir el estado de las cosas mediante una captura de la realidad especiada por la sensibilidad y el carácter. Es decir, transcribir para todos la vida interior del mundo mediante la forma y el color.
En una época en la que la sociedad se ve sometida a la sobreexposición de la información sin contrastar y a la fatiga asociada al estímulo audiovisual constante, hallamos en el arte figurativo realista un refugio de un inestimable valor por distintos motivos.
En primer lugar, las obras funcionan como paréntesis en un tiempo desbocado. Son piezas que han exigido una pausa, una reflexión y un trabajo. Son piezas que han liberado a sus creadores del torrente del sinsentido y tienen el potencial de liberar al espectador de la inercia del mundo durante un instante. Estas obras le toman el pulso a la sociedad en un momento gris y, aunque muchas de ellas nos dan un testimonio claro y directo del sufrimiento latente de la sociedad, nos siguen aportando una bocanada de aliento fresco, porque en ellas el artista ha detenido el tiempo para capturar un pedacito de verdad, sea ésta aciaga o no.
En segundo lugar, las obras nos remiten al valor de un trabajo concienzudo, al dominio de una artesanía, a la cultivación de un gesto y a la maduración de una voz, de una perspectiva. En otras palabras, las pinturas, esculturas y dibujos de REALISM NOW responden al dominio y respeto de un oficio, al fruto de una atmósfera de disciplina y sacrificio. En la época de la generación instantánea, de la canonización del atajo y de la veneración del absurdo, los artistas realistas, sea cual sea su bagaje académico o su entorno de formación, representan un auténtico bastión del valor del trabajo minucioso, un grupo de resistencia anclado al mimo de la confección progresiva y al respeto por el crecimiento orgánico y coherente de la obra y el discurso asociado a la misma.
El artista debe ofrecerse de verdad a la obra, para que la obra pueda ofrecerse de verdad al público. Hasta el menos avezado de los observadores y más ajeno al mundo del arte responde genuina y fácilmente a la verdad, al sonido diáfano de las cosas que obtienen su sentido mediante la perseverancia y la observación serena y sincera del mundo.
REALISM NOW cuenta con obras muy distintas. Veremos retratos individuales y colectivos, espacios interiores y exteriores de distinta índole, así como animales con marcadas iconografías, piezas de mobiliario y textiles sugerentes. Sin embargo, como es usual en las exposiciones figurativas, el gran protagonista transversal de la exposición es el cuerpo humano, una infinita fuente de símbolos y connotaciones. El gesto pide una gramática que nunca termina de establecerse en algo fijo e inamovible. El lenguaje del tiempo y de las culturas se codifica en nuestras miradas y en nuestra manera de andar, bailar y estar quietos. Hasta en aquellas obras en las que la figura humana está ausente, mediante los códigos de la tradición, podemos leer detalles sobre protagonistas que no están presentes, sobre observadores hipotéticos, sobre caracteres únicos.
En el ojo se concentra toda la verdad: ¿Quién podrá creer que un espacio tan pequeño contenga las imágenes de todo el universo? ¿Qué lengua hay capaz de revelar tamaña maravilla? (da Vinci)
Esta muestra llega al MEAM en un buen momento. Nos sirve para saborear una tendencia de especial calado. De alguna manera, a nivel global, los artistas figurativos se alejan de los grandes aspavientos del neorromanticismo —sin por ello reñir con la fantasía y el juego— y capturan, cada vez más crudos, los matices del Ahora, que pide el estudio de una gran gama de grises. Como un claro de luz en medio de la selva de los sinsentidos intelectualoides y las tautologías culturales, el realismo figurativo parece haber tomado la antorcha del arte para tomar sin complejos la temperatura de la sociedad. Es un arte que le habla al avezado y al principiante, al bruto y al sensible. Un arte que comparte y no enajena. Un arte para todos.
Fuera está lo que Thomas Mann llamara el mundo algodonado gris-azul que empuja contra los cristales, envuelto en vapores de nieve y bruma. Hay que seguir pintando, dibujando, esculpiendo y creando para no congelarse. Os animamos a disfrutar de esta muestra, REALISM NOW, una colección de ventanas a la vida interior del mundo que no os dejará indiferentes. Los humanos vivimos para comprender aquello que nos rodea —sea obra o sueño— y qué mejor manera de hacerlo que de la mano de aquellos que tienen los ojos más avezados al ejercicio natural de la sensibilidad.