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30 Jun 18finalizado
Noche de Lied
Más allá de su espectacular fondo de pintura figurativa contemporánea, el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) programa un gran número de actividades e iniciativas. Una de ellas es el ciclo de música clásica que programa cada sábado por la tarde.
Los conciertos , generalmente a cinco y media de la tarde , incluyen la merienda y tienen un precio de 19 euros. Además , el ticket contempla también la visita al museo, por lo que la propuesta, sustentada así en tres patas (concierto, merienda y museo ) resulta muy difícil de rechazar. Si a todo ello le sumamos el atractivo del emplazamiento, el Palau Gomis, poco más hay que añadir. En esta ocasión contaremos con los artistas Alba Bosch, soprano. Marc Serra, piano.PROGRAMA:
Schubert
Im Frühling D 882
Lied der Mignon “Nur wer die Sehnsucht kennt…” D 877
Nachtstück D 672
Brahms
Wir wandelten op.96 nº2
Der Tod das ist die kühle Nacht op 96 nº1
Frühlingslied op.85 nº5
Die Mainacht op.43 nº2
Strauss
Morgen op.27
Ständchen op. 17
Die nacht op.10
Debussy
Ariettes oubliées:
I. C'est l'extase
II. Il pleure dans mon cœur
III. L'ombre de arbres dans la rivière
IV. Paysages belges. Chevaux de bois
V. Aquarelles I. Green
VI. Aquarelles II. Spleen
Falla
Siete canciones populares españolas:
I. El paño moruno
II. Seguidilla murciana
III. Asturiana
IV. Jota
V. Nana
VI. Canción
VII. Polo
Alba Bosch, soprano. Marc Serra, piano.
El dúo formado por la soprano Alba Bosch y el pianista Marc Serra se forma con la inquietud de explorar el repertorio de Lied, canción francesa y canción catalana y castellana, poniendo especial énfasis en el vínculo entre texto y música.
Han trabajado con varios profesores como Francisco Poyato o Wolfram Rieger.
Este concierto propone un recorrido desde el romanticismo alemán en el que nació el lied, hasta la diversificación que experimentó este género a principios del siglo XX. La acción se sitúa en lo que fueron los dos centros culturales más importantes del mundo durante décadas: Viena y París.
En la capital austrohungaresa hay nació Franz Schubert. Su enorme producción de lieder y la profundidad y sofisticación con los que unió música y poema elevaron este género, hasta entonces menos valorado que la música sinfónica o de cámara. Años más tarde Brahms seguiría cultivando, cogiendo la tradición y la música popular como punto de partida y, junto con otros compositores como Schumann y Wolf, expandiendo los límites armónicos y de lenguaje de la música. Richard Strauss es considerado como el último compositor de la tradición romántica, ya que en la Viena de principios del siglo XX las vanguardias romperían con la concepción del arte del siglo anterior en pro de las nuevas formas de expresión.
A caballo entre el siglo XIX y XX París fue la otra capital de la cultura europea. Allí también la innovación en el arte fue un signo distintivo de la época. Paralelamente a los vieneses, Debussy desarrolló la armonía y un lenguaje muy personal que se ve reflejado en muchas de sus melodías y chansons que inspiraron poetas como Verlaine, Baudelaire o Mallarmé. Precisamente París era el lugar de peregrinación de muchos compositores españoles que querían abrirse camino; Albéniz, Granados y Falla, entre muchos otros, pasaron un tiempo en la capital francesa impregnándose del auge y la innovación cultural. Manuel de Falla, así como Brahms y Schubert habían hecho antes, se inspiró en la música popular de su país y, basándose en una importante investigación musicológica, elaboró un lenguaje personal y sofisticado.